Cuando de relaciones personales se trata siempre uno tiene que estar listo para perder. Ganar se hace mas complicado conforme vamos creciendo, madurando y volviéndonos personas más complicadas.

Uno debe estar preparado para la desilusión de que el chico con el que salías no ha entrado a la relación con la emoción que tu quisieras. Así como tu vas a desilusionar a alguien a quien le gustes mucho pero que realmente a ti no tanto. Uno debe estar preparado para que terminen contigo y para terminar tú con otros. Tienes que estar preparado para que te dejen y para dejar a los demás.

Esas son las reglas del juego. Tú te metiste sabiendo lo que podía pasar. Lo malo es que ese es el juego más ilógico de todos y nunca sabes bien cuando entregarlo todo y cuando reservarte algo. Es tan impredecible que no puedes calcular cuando ya entregaste todo sin darte cuenta. Nunca sabes bien qué tanto de tí vas a involucrar. Y es difícil encontrar un jugador que se parezca a ti, que tenga las misma expectativas, que tenga los mismos deseos.

Mis amigas me dicen que yo no puedo decir nada porque nunca he perdido nada, porque no me he enamorado nunca. Yo les digo que cómo saben que nunca me he enamorado. Ellas me dicen que es OBVIO que nunca lo he hecho porque levantarme de nuevo y salir no me cuesta nada. Que si sufro por alguien es tan superficial que cuando otro nuevo aparece me vuelvo a emocionar y sentir todas esas cosas que sentía por el otro. Que siempre digo que esta vez si va en serio, que no quise decirles nada al principio, pero ahora sí se que esta vez si, estoy segura que es lo que quería.

Yo las veo sufrir. Sufrir como mierda por tipos que, para mi, no valen la pena. Pero yo sé que en el fondo no puedo racionalizar nada. El día que me toque estar como ellas no voy a entender razones.

Yo las veo sufrir y a veces me alegro por mi misma. Pienso que mejor estoy así, tranquila, sin problemas, sin complicaciones, sin sentir mucho por alguien, nada más que un capricho. Luego creo que pensar eso es algo mediocre. Que si bien ellas sufren ahora, no han sufrido siempre. Que preferiría sufrir por alguien pero haberlo querido en vez de no querer a nadie y no sentir nada.

Al final no sé quién ha perdido más. Ellas o yo.